Odio pasar días en blanco y que la inspiración llegue a mi en los momentos menos esperados. Un ejemplo rapidito, ayer mientras iba en un colectivo, más de una hora de camino hacía miraflores más de las seis de la tarde, sin tener nada que hacer, solo mirando la ventana y sufriendo la cumbia que sonaba en la radio, me plantee muchas cosas cosas que me hubiera encantado escribir, pero ni siquiera tenía ni lapicero ni papel a la mano. Pensé en la muerte, y no quiero ser tomada como trágica, no siento miedo ante la posibilidad de morir, no me da y nunca me dio miedo, ni siquiera le temo a la posibilidad de sentir dolor físico, es parte de la vida y esta aceptado, sé que en el momento de morir me sentire satisfecha con mi vida porque siempre hice lo posible por escoger lo que me hace feliz, lo que siento y pienso, viví según mis principios y no resigne mi felicidad por hacer lo que me mandaban ciertas normas. Debido a esto también se originó mi agnosticismo, porque siento que los mandamientos me quitan libertad. Igual siempre lo dije, respeto las creencias e ideas de las personas que eligen otra cosa para su vida, lo eligí lo que me hace bien y me parece perfecto que si después de una adecuada eliges otra cosa, esta bien. Pero, pronto viene una contradicción (no podía faltar) si bien mi muerte no em da miedo, y todo esta aceptado como lo dije más arriba. Me da pánico pensar en la muerte de las personas que quiero, debe ser en parte porque suelo ser muy dependiente de mis afectos, incluso a veces pienso que puede deberse a un estúpido egocentrismo al que le preocupa la soledad. Puede haber más motivos, pero aún no me siento preparada para sacarlos a la luz.
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